FLORES ROTAS

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quizá los viajes por tierra, la posibilidad de lanzar el cuerpo hacia adelante y dejar que se reviente contra el paisaje. darle play a los recuerdos para comenzar de nuevo. viajar es una forma de ordenar la vida. cada momento del pasado como una pieza con movimiento independiente que puede ser re-ubicada en otro sitio para conformar de esa manera una nueva figura. y así hasta lograr la paz. viajar es conocer el sótano oscuro y húmedo de nuestra existencia. es animarse a prender la luz. jim jarmusch coloca sobre el camino a uno de los hombres más tristes y a la vez más felices de todos sus relatos visuales. y esto no es un oxímoron barato. desde hace ya muchas películas atrás. y claramente desde"el camino del samurai" jarmusch se acercó hacía los lineamientos de una filosofía zen. filosofía que define, en términos absurdamente rápidos, la igualdad de cualquier cosa. arriba es como abajo. hacer es igual a no hacer. y en muchos casos no hacer es mejor que hacer. bien. partiendo de estas premisas. bill murray compone un personaje de características orientales perfectas y es en esa tristeza aparente. en esa aparente inacción. donde nosotros. espectadores activos. debemos descubrir la magia y el movimiento. ese conjunto de micro-variaciones que nos propone el lenguaje de este director. una banda de sonido compuesta por el conocido músico mulatu astatke. acompaña el viaje interno de don johnston -bill murray- por las eternas carreteras de estados unidos. flores rotas nos trae al mejor jarmusch de los últmos años en una película de sobrios recursos. el humor inteligente subordinado por el poético avance del pasado sobre la vida de un hombre. subsidio recomienda esta película como uno de los más claros ejemplo de un antihéroe. para ustedes. gente de pupila exigente.

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