SERENA MANEESH

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Lejos, lo más atractivo en varios años de toda la camada revivalista de Velvet Underground o My Bloody Valentine. Más allá del espíritu shoegazer, que es lo primero con que te topas al pasear por los primeros traces, hay en este debut noruego una intensidad de rock garage que cruza a Hendrix o Sonic Youth con arrogancia y estilo. Pueden ser cariñosos si se les antoja, en el estilo chico ama a chica y van felices por el parque con coros de caramelo y besos por doquier, pero también áridos y stoner envolviéndote con un cerco de púas que embota los sesos y te deja cabeceando sin remedio, sumando alaridos y actitud punk sin maquillajes ni pomadas. ‘Don’t come down here’ es una advertencia irresistible, una progresión hacia el ruido que se torna catártica, demasiado sucia. La competencia marginal para Art Brut.

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