NICOLINO LOCCHE

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Sigo paseando por la web y ya un poco más entonado por la ingesta de unos cuantos litros de mate, caigo en una página que despierta mis recuerdos. Cuando era chico solía quedarme hasta muy tarde frente al televisor, acompañando a mi padre, previa autorización de mi madre, mientras observábamos extasiados la transmisión de alguna pelea boxística por el título mundial, desde Las Vegas, o desde donde fuera. Mi viejo me explicaba los nombres de los golpes y yo miraba hipnotizado la danza de esos hombres, el sonido de la campana, el paso de las chicas en bikini anunciando la llegada de un nuevo round. Nunca supe si el box me gusta o no me gusta, jamás me hice cuestionamientos morales con respecto a la violencia de este deporte. Simplemente, disfrutaba de hacer algo que solo le estaba permitido a los grandes. Y hoy disfruto de este recuerdo y quiero compartir un videíto con ustedes (y sí, los treinta años me han vuelto un viejito sentimental). Lo que están a punto de ver es al Sr. Nicolino Locche, el intocable, en una seguidilla de enfrentamientos contra varios adversarios que intentaron pegarle y, obviamente, jamás pudieron. Para los que no lo conocen, Locche nació en la Provincia de Mendoza, se distinguió por su inigualable arte de la defensa y perdió, para siempre, su "última pelea contra el cigarrillo" (siempre quise utilizar una frase así).

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