Gabriel García Márquez, el 14 de febrero de 1976,
luego del incidente con Mario Vargas Llosa.
Foto: Rodrigo Moya
Un escritor acérrimo defensor de la izquierda colombiana y si se quiere, universal, y otro de pensamientos más derechistas se encuentran en la entrada a un cine y se trenzan en una trifulca que para los testigos ocasionales resulta incomprensible. El devenir de esta bataola finaliza con un García Márquez que se lleva como premio un ojo morado y la incierta sospecha que Vargas Llosa ya no es el amigo que alguna vez supo ser. Recomiendo que lean la nota completa publicada en el diario La Jornada de México.
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