LA MUJER DE LA BOLSA

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La verdad que es muy extraño lo que sucedió en la oficina de la ministra de economía de nuestro fantástico país. En un baño privado donde sólo tiene acceso ella y solamente ella, un grupo de la Brigada de Explosivos del Cuerpo de Bomberos entro al mismo para hacer el control diario antes que ingresara la funcionaria a su despacho.

Sorpresa. Alegría. Algarabía. Mamá Noel. Santa Claus es Miceli.

Debajo del inodoro o mejor dicho al lado del inodoro hallaron una bolsita bastante pesada donde encontraron una especie de vuelto o cambio de u$s 250000. No es raro. Creo que a todos los seres normales de este país se nos antoja dejar al lado del inodoro bolsas llenas de dinero para realizar una especie de catarsis y decir en nuestro más íntimo vestigio de moralidad, este dinero hay que lavarlo de alguna manera, también se puede meter dentro del lavarropa, se puede dejar al lado del inodoro por considerarlo sucio, cochino, traicionero y decir mañana cuando regrese veré que hago contigo malvada bolsa de dólares perdidos.

Cuando las secretarias de Miceli se enteraron horrorizadas del hallazgo comenzaron a correr enajenadas por la oficina gritando no deben quedar rastros, no deben quedar rastros.

Una escena extravagante. Surrealista. Mujeres al borde de un ataque de psicosis dolarizada.

Peculiar. Inusitado. La brigada levantó un acta informando sobre la suculenta cifra encontrada pero por arte de magia el acta desapareció. Veamos quien es la mujer de la bolsa.

Se puede asociar con una recaudadora por ejemplo. Puede ser recolectora de residuos. Tal vez una compradora compulsiva. Quizá sea pariente del hombre de la bolsa y su función sea asustar a los chicos de Kirchner en relación a una conducta determinada porque se sienten culpables de alguna trampita. Verbigracia: Devido por quedarte con una coima de u$s 30.000.000 vendrá Miceli con su bolsa y te la sacará. Los mellizos Fernandez si siguen haciendo cagada tras cagada la mujer de la bolsa los castigará.

Miceli tiene un papel muy importante en las canciones de cuna. La más antigua que se conozca se remonta al siglo XVII: Dice así:

Ea, hijos de Kirchner,
duerma y sosiegue,
que a la fe venga Miceli
si no se duerme

(cit. en General Massera 1694: 205).

La versión más conocida es:

Duérmete niño de Kirchner,
duérmete ya,
que viene la Miceli
y te comerá.

(también "te llevará")

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