Navegando por acá me encuentro con una de las últimas locuras de uno de mis cineastas preferidos, el oscuro y demencial David Lynch quien junto al director de fotografía Frederick Elmes, fueron los encargados de realizar una campaña de bien público para la monstruosa ciudad de New York. El resultado es aterrador y fantástico, la mano y la mirada de un hombre que supo crear los climas más intensos y pervertidos del cine, comparable a la maestría del R. Polansky de Repulsión puesta en marcha para crear conciencia de limpieza en una ciudad habitada por insensatos y alienados personajes manejados por un imbécil ebrio y pendenciero. Observen con atención el corto queridos amantes del cine, estudiantes de publicidad que sueñan con el glamour de un nuevo IPod. Observen con atención, el maestro está trabajando.








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