Me tomo el atrevimiento y meto mis uñas recién pintadas en un terreno que no me corresponde, la música. El disco que el Sr. Venter posteó un poco más abajo, es digno de un comentario errante y equívoco de mi parte como la mayoría de las cosas que hago. Gepe me ha sorprendido gratamente, reminiscencias al Melero de los 80, aquél que era quizá más inocente y por ende más concreto y menos artificial, aunque en el genero de lo minimal y lo electro//fashion es dificil no ser algo plástico y naif y estúpido, en definitiva, es casi imposible no emular esos raros peinados nuevos.


Pequeños, simples y dulces sonidos, pocos pero justos, "Hungría" es un disco para mirar correr el río, para sumergirse en un vendaval apócrifo de recuerdos. La electrónica tradicional (?), se mezcla en forma armoniosa con los más clásicos (?) sonidos folclóricos del altiplano. La voz de Gepe es así, como la cualquiera de nosotros, como la tuya y seguro que no como la mía. La noche, el tiempo, los colores, las mujeres, los días que se entrelazan, la metafísica como parte de la lista del supermecado. Letras como laberintos que se unen y desarman en un soplo o en el correr de las manos sobre las cuerdas. Gepe es chileno y se inscribe dentro de la nuieva camada marketinera del Indie Pop, término bastardeado y con razón, por un grupúsculo de músicos que se tocan el pirufleto frente a su computadora, graban cuatro sandeces y después quieren vendernos su disco como una de las obras maestras del Siglo XXI. Gepe se escapa de estas categorizaciones impuestas por la moda y se presenta real, simple y emocional. Un verdadero viaje al centro de cualquier ciudad, un encuentro con la noche y con los días. Un buen disco para pasar el invierno.


Bajá el disco completo de este post del Sr. Venter.

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