ABIERTO 24 HORAS

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justo antes de dormirme. una serie de objetos que se encuentra detrás de dos puertas de madera. una serie de objetos diversos se presentan en mi sueño como una posibilidad del insomnio. reordeno viejos y facilistas postulados. la intimidad de los objetos. en la soledad la carencia de materia. la opción de cuestionar la presencia física de la cosas hace de la nada un suceso cotidiano. frascos con cremas. tubos metálicos con líquidos antitranspirantes. peines. secadores de pelo. medias. cualquiera de estos argumentos que significan la vida dejan de ser cuando alguna de las dos puertas de madera se cierra y los esconde los ciega a mi vista anula presencias y los desaparece. como los muchachos del hijo de puta de videla. ni muertos. ni vivos. desaparecidos.








son las seis de la mañana y no pude dormir. mejor no pensar en ciertas cosas. una bruja enferma desde el costado del sueño me registra los párpados en señal de pesadilla. el árbol se pretende más real que mis medias e insiste en un tibio recorte de su silueta contra el oscuro gris del amanecer. debe hacer frío. debo estar cansado. lo estaré más tarde. cuando el sol caliente un poco y ya no sea el momento para dormir. visito la soledad nuevamente. la fragilidad de los vínculos. tal vez me guste vivir de ciertos recuerdos. masticarme la alegría momentánea que me dan y al digerir su ausencia eructar con gusto y placer mi angustia. quizá sea eso o sólo sea que no puedo dormir. y mi cara se endurece y mi línea insómnica de pensamiento se acartona y no hay calefactor que caliente este desvío del sueño hacia el ojo abierto.



















en cambio sin embargo por suerte ella esta noche lo logra. sigue su camino de placer entre las sábanas y los ríos de palabras sueltas que recorren su silueta dormida. ella sigue ahí. en cuerpo instante ausente por viaje onírico pero con su brazo sobre mi pecho para que yo no me asuste. sigue ahí. en sitio de luces perfectas y sistema panavisión y sonido dolby digital y alta definición.






ella duerme y yo no debería interferir en tan preciado acto de placer.














es mejor que me levante.












ya no hay más noche para quedarme así.


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